En un lugar solitario de Dorothy B. Hughes
No la siguió de inmediato. En realidad, no pretendía seguirla. Sin pararse a pensarlo, se encontró recorriendo la sinuosa pendiente. No andaba haciendo ruido, como ella, ni andaba rápidamente. Pero ella se dio cuenta de que lo tenía detrás. Lo notó cuando los taconazos se incrementaron, como si hubiese estado a punto de tropezar, y aceleró el paso. Él no lo hizo, siguió a su ritmo, pero alargando las zancadas mientras sonreía levemente. Ella estaba asustada.
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