La frontera de
Don Winslow
La guerra contra las drogas no es sólo una guerra nominal. Han sido asesinadas innumerables personas debido a que las drogas son ilegales. Las empresas de vino, de cerveza o de tabaco no se lían a tiros para dominar el mercado, pero eso es justamente lo que vemos en nuestras esquinas y nuestras barriadas: tiroteos por el control del tráfico de drogas. Y, naturalmente, en México. Debido a que las drogas son ilegales, mandamos sesenta mil dólares al año a los sociópatas violentos que forman los cárteles, un dinero que sirve para sobornar a políticos y policías y para comprar las armas que han matado a cientos de miles de personas, sin que de momento se divise el final de la matanza.