Tener una vida de Daniel Jándula
Qué raro placer sentirte visitante en la ciudad donde naciste. Poco importa que conozcas sus lugares al detalle, los rincones donde te podías localizar a ti mismo. Ser viajero en el lugar donde uno se ha criado tiene el encanto de las invenciones asombrosas, pero a la vez es triste que tu espacio invisible en la ciudad ya no te reconozca.
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