Veinticuatro horas en la vida de una mujer sensible de Constance de Salm
... la verdadera sensibilidad es una cualidad demasiado bella y poderosa para incidir tan solo los afectos del alma; aquí también ilumina y agranda el espíritu; que no constituye en menor medida el crisol de los pensamientos elevados y filosóficos que el de las ideas amables y tiernas, y que incluso es condición más que necesaria para ellos.
|