En esto creo de Carlos Fuentes
Alimentado por la cultura de España, Luis Buñuel liberó la mirada mediante una técnica notable. Abundan en sus películas los planos medios o distantes, a veces grises y monótonos, que súbitamente, con un veloz acercamiento, revelan el detalle convulsivo: la calavera inscrita en la cabeza del insecto, la sangre brotando entre los muslos de una mujer, el crucifijo que esconde una navaja, los botines eróticos de una camarera, un ojo rebanado a la mitad cuando una nube cruza la faz de la luna... Esta dialéctica entre el mundo y sus minuciosos secretos, le permite a Buñuel crear escenas culminantes, verdaderas epifanías cinematográficas en las que, a veces, la pasión muestra su cara animal grotesca ( el católico oculto en Buñuel veía en la relación sexual el acto more bestiarum de San Agustín, aunque admitía que que el acto amor sin sexo, es como un huevo sin sal) pero otras veces, el instinto natural es la condición de la poesía.
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