La región más transparente de Carlos Fuentes
El perfume espolvoreado ascendió hasta la nariz de Robles. Recordó —sin quererlo, pues sólo quería que esos momentos se consumieran solos, en otro radio de vida— la ausencia de estos elementos en la recámara de Hortensia Chacón, y por encima de la intensa penetración del polvo y el perfume de Norma, deseó regresar a esa ausencia de todos los olores salvo uno: el de carne unida y sudor único, instante adelgazado de la reunión irrepetible, en el que todos los actos ponían en peligro la estabilidad de la creación; era posible alcanzar el aire y empuñarlo, era posible levantar todas las costras de la tierra hasta la otra tierra, incandescente y líquida, de los astros.
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