Canción nocturna de Benjamin Alire Saenz
—Yo también lo quiero. —Entonces, ¿por qué no mejoró? —El cariño no siempre salva a la gente. —¿Para qué sirve entonces? Rafael sonrió y luego se rio, pero su risa parecía más llanto. —Si tuviera la respuesta a esa pregunta, sería Dios. |