LAS CLÁUSULAS DEL AMOR de Beca Aberdeen
Comprendí que habías llegado a mi vida para sacudir mis cimientos y para hacerme crecer justo en la dirección en la que me hacía falta
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LAS CLÁUSULAS DEL AMOR de Beca Aberdeen
Comprendí que habías llegado a mi vida para sacudir mis cimientos y para hacerme crecer justo en la dirección en la que me hacía falta
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Morfeo de Beca Aberdeen
(…)¿Puedes decirle que, gracias al esfuerzo de centenares de feministas, las chicas ya no necesitáis que os rescaten caballeros de brillante armadura? (…) —Al parecer, el esfuerzo de las feministas no fue suficiente como para que una chica no tenga que repetir tres veces que te vayas a tu habitación. |
Secbra de Beca Aberdeen
—¿Qué les ocurrió en la Tierra? —preguntó, sin atreverse a tocarlo aún. —La humanidad —respondió Driamma quedamente, mientras acariciaba al caballo de Sooz—. ¿Podemos montar? —No, no está permitido. —¿Por qué no? —Atenta contra nuestro principio Naturalista de «No uso de animales». —Pero, ¿ni siquiera podemos montar para divertirnos? Sooz se cruzó de brazos, observándolas con cierta reprobación, como si le disgustara que estuvieran tan poco educadas en los principios Naturalistas. —No. Si te diviertes, alguien ve en esa diversión una oportunidad de negocio. El lucro lleva a la codicia, y ésta a la a explotación. Por que el ser humano es incapaz de respetar el ciclo natural de los animales, y del planeta en general. |
Secbra de Beca Aberdeen
—Me suena esa historia —interrumpió Driamma—. La hija había recuperado fotos del perfil de su madre que ella había eliminado hacía años. —Lo que ocurrió fue que el coreano Yun Bok había inventado un programa de recuperación de datos eliminados del Facebook. El programa fue declarado ilegal después de que aprobaran la Declaración de O’Doherty, la pinera de la actual Liga de Control del Facebook. El problema apareció porque las empresas continuaban utilizando el «yunbok» de forma ilegal en sus procedimientos de selección de personal. Analizaban el perfil psicológico de los aspirantes. Como de a menudo publicas frases depresivas en tu muro, con qué frecuencia bebes, cuál es tu rotación de amigos, de pareja. Cuántas veces sales, entras, viajas; cuántas veces enfermas, incluso las enfermedades de tus familiares. |
El ángel en la casa de Beca Aberdeen
Antes, nosotras éramos las esclavas.” “-¿De veras crees que fue un castigo divino? -Lo parece, ¿no crees? Dios tiene una forma sutil de comunicarse. Sin duda, opina que al siervo le llegó el momento de convertirse en amo. -Puede que me haya enviado porque es el momento de que no existan ni siervos ni amos. |
El ángel en la casa de Beca Aberdeen
La educación es la cura de todo verdadero monstruo de la sociedad.
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Secbra de Beca Aberdeen
—No lo entiendes, ¿verdad? —sacudió la cabeza—. No importa si son naturalistas o progresistas. A los políticos les dan igual las personas. Ellos solo ven objetivos, y para conseguirlos no les importa matar a miles; sobre todo si piensan que así van a salvar a millones. Ahs notó cómo un escalofrío cruzaba su cuerpo. Le daba miedo pensar de qué manera funcionaba el mundo. |
Secbra de Beca Aberdeen
—¿Qué les ocurrió en la Tierra? —preguntó, sin atreverse a tocarlo aún. —La humanidad —respondió Driamma quedamente, mientras acariciaba al caballo de Sooz—. ¿Podemos montar? —No, no está permitido. —¿Por qué no? —Atenta contra nuestro principio naturalista de «No uso de animales». —Pero, ¿ni siquiera podemos montar para divertirnos? Sooz se cruzó de brazos, observándolas concierta reprobación, como si le disgustara que estuvieran tan poco educadas en los principios naturalistas. —No. Si te diviertes, alguien ve en esa diversión una oportunidad de negocio. El lucro lleva a la codicia, y esta a la explotación. Porque el ser humano es incapaz de respetar el ciclo natural de los animales, y del planeta en general. |
El ángel en la casa de Beca Aberdeen
—Amanda, ¿puedo pedirte algo? —inquirió él en tono mucho más suave. (…) —Sí. —Me preguntaba si te importaría… quizá esto te suene extraño, pero, ¿te importaría dejarme tocar tus pechos? La joven lo observó aturdida por un instante que le pareció eterno. —Disculpa, ¿qué has dicho? —murmuró al fin. Puede que no hubiera formulado la pregunta de la mejor forma. Pero, ¿qué otra manera había para realizar una petición tan extraña? Quizá debería explicarle la extraña enfermedad que lo estaba poseyendo. Pero le resultaba imposible expresar algo que ni siquiera comprendía. —Lo siento, sé que no apruebas el contacto, pero es que he desarrollado una especie de fijación con tu pecho. Es casi una obsesión. A menudo no me deja concentrarme en otras cosas, sobre todo cuando te inclinas y asoma por tu camisa o… bueno, todo el tiempo, en realidad —vomitó con rapidez, atropellándose a sí mismo al hablar. Amanda lo contempló con ojos desorbitados, como si fuera un demente o un bicho raro, y no la culpaba. Acababa de confesarle estar obsesionado con una parte de su cuerpo y ahora que veía su expresión, sabía que no podía revelar jamás el resto de extrañas obsesiones que lo estaban acosando. —Supongo que se trata de mi curiosidad, ya que tu pecho es tan diferente al mío y estoy seguro de que si me permitieras examinarlo una vez, perdería el misterio que parece el desencadenante de mi fijación. + Leer más |
El ángel en la casa de Beca Aberdeen
—Simplemente no es apropiado que me veas desnuda o que me toques como lo has hecho antes —explicó ella—. Porque pertenecemos a distintos géneros. Callum apoyó el antebrazo en el eje del biombo mientras enarcaba una ceja. —Me parece una estupidez —aseguró, claramente no entendiendo el mundo que se ocultaba tras las peticiones de ella—, pero si es lo que quieres. |
El ángel en la casa de Beca Aberdeen
—Usted teme al monstruo equivocado, señora Fairfax, usted teme al órgano masculino. Temer los atributos equivocados, aquellos con los que se nace, es muy peligroso y conduce inevitablemente al odio y la destrucción. Yo no temo al color de la piel, ni aquello que yace entre las piernas. Temo a la ignorancia y a la falta de educación y eso siempre puede ser curado. La educación es la cura de todo verdadero monstruo de la sociedad (…) La educación es el arma más poderosa que existe.
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El ángel en la casa de Beca Aberdeen
—¿Cuál es mi vocación? ¿Mi razón de vivir? —inquirió mirándole a los ojos como si allí pudiera encontrar la respuesta—. Soy un siervo, pero ¿y si quiero ser otra cosa? ¿Qué ocurre si quiero ser médico? No puedo porque soy un siervo, y ya han determinado por mí que es lo que debo hacer respecto a mi vida. Amanda, ¿crees que es eso justo?
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El ángel en la casa de Beca Aberdeen
—¿De dónde viene la moda? —Normalmente de la gente rica y atractiva. En Crawley se trata de Sarah Richardson, la joven más acaudalada del pueblo. Ella viaja a menudo a Londres, donde acude a fiestas y se fija en lo que llevan las mujeres más populares. Entonces, regresa a Crawley con los últimos vestidos, cortes de pelo y complementos; y organiza fiesta para que las demás rabiemos de envidia. (…) —Entonces, ¿la moda no es otra cosa que disfrazarte de alguien que piensa que es mejor que tú? |
El ángel en la casa de Beca Aberdeen
Callum se aproximó a ella antes de proseguir. A Amanda ese sonido nunca antes le había parecido aterrador. Siempre paseaba sola por ese bosque sin el más mínimo atisbo de miedo. Comenzaba a entender a las mujeres de antaño, las que decidieron dejar a los hombres en ese estado.
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Gregorio Samsa es un ...