Historias eróticas para viudas del Punyab de Balli Kaur Jaswal
—Las chicas de ahora son unas consentidas, con tanto poder de decisión. Aquí un hombre no puede entrar en una habitación, arrancarle la ropa a una chica y decirle que se abra de piernas. Alguien del templo me contó que aquí hay una ley que prohíbe que un marido se acueste con su mujer si ella no quiere. ¡Con su propia mujer! ¿Por qué se castiga a los hombres por algo así? Porque los ingleses no valoran el matrimonio como nosotros. —Es un delito porque está mal, aunque estén casados. Es una violación —replicó Nikki. |