Obras Completas Y Otros Cuentos de Augusto Monterroso
Por lo reiterado de aquellas situaciones llegué a pensar que en efecto mi padre no era mi padre. Sólo se me hacía difícil comprender cómo, no siendo yo su hijo, me pegaba en aquella forma sin que nunca se le hubiera ocurrido hacer lo mismo, ni una sola vez, con los otros chicos de la vecindad, que sin duda alguna tampoco lo eran.
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