La pasión de Mademoiselle S. de Anónimo
¡Cómo expresarte mi felicidad al sentir entre mis muslos tu cabeza morena! Tus labios me chupan el jugo hasta la última gota, pues sabes chuparme tan bien que, pese al dolor de los goces sucesivos, no tengo voluntad para arrancarlos de mi botón enhiesto. Si mi caricia pudiera hacerte feliz, te la prodigaría con amor, pues para mí nada hay más dulce que sentir tu carne en mis labios. Esta noche pensaré en ti. Reviviré en mi mente y en mis sueños nuestros extravíos. Quisiera volver a vivir la ardiente sensación de tu esperma sobre mi piel. Es inolvidable, y ese gesto perverso se me ha grabado para siempre en la memoria. Ahora ya, cuando piense en ti, siempre te veré masturbándote ensa soberbia polla con un ardor que sólo se asemeja al ardor con el que yo he contemplado tan sugerente imagen. |