El vagón de las mujeres de Anita Nair
Cuando se llega a cierta edad, nada importa. Lo único que quieres es mantener la serenidad y dejas los sueños y los arrebatos para las que tienen sangre caliente en las venas. Las emociones son para los jóvenes; a los viejos no les sirven de nada. Y tampoco los favorece, según había decidido hacía mucho tiempo.
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