Si a los tres años no he vuelto de Ana R. Cañil
Quizá los hijos que no pudo tener los intentó siempre adoptar de una u otra forma, ya fuera enviándolos a los conventos, a los seminarios o a los colegios del Auxilio Social, convencida como estuvo de que lo importante era que aquellos ángeles crecieran lejos de las malas influencias de sus padres y sus madres, unas veces por sus ideas, otras por sus comportamientos en la vida, ya fueran prostitutas o mecheras.
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