Intersecciones de Ana Melgosa
A todos nos falta tiempo pero nos sobran ganas. El WhatsApp, el Skype, el teléfono... Tantas opciones de hablar con el otro, de tener sexo con el otro, nos convierten en animales solitarios, nos llevan a conformarnos con esa conversación sin matices, sin miradas, sin expresión corporal, sin olor. Nos llevan a esos orgasmos auto inducidos pensando, imaginando que es el otro el que te ha hecho un montón de cosas que a la postre no son nada. Volviste a masturbarte, esta vez con otra voz que no es la tuya.
|