La ciudad de la lluvia de Alfonso del Río
—El verdaderamente seguro de sí mismo, Alain, no es quien está acostumbrado el éxito, sino quien teme al fracaso. (David Schaffer) |
La ciudad de la lluvia de Alfonso del Río
—El verdaderamente seguro de sí mismo, Alain, no es quien está acostumbrado el éxito, sino quien teme al fracaso. (David Schaffer) |
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La ciudad de la lluvia de Alfonso del Río
Miraba de un lado a otro y veía una ciudad distinta. Igual de distinta que siempre. Una ciudad con alma. En cada cruce de calles podía adivinarse al final el verde de las montañas que rodeaban Bilbao. De ahí que la llamara en el Botxo, por estar en mitad de un valle. Muchas calles se engalanaban con las columnas y balaustradas que recordaban a otra época.
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La ciudad de la lluvia de Alfonso del Río
—El fútbol es un deporte, hijo. Para muchas ciudades, de una función casi sagrada, porque mantiene unidas a miles de personas que, si no, habrían roto todos sus vínculos. Puede sonar pueblerino, pero un gol hace más por una relación personal que miles de argumentos políticos, sociales o religiosos. Puede sonar pueblerino... pero orgulloso que estoy de formar parte de este pueblo.
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La ciudad de la lluvia de Alfonso del Río
No hay duda de que la suya es una historia de éxito, aunque una historia en la que ha perdido más de lo que ha ganado. Es una historia perfectamente planificada en la que solo ha cometido tres errores. Pero tres errores son demasiados.
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El lenguaje oculto de los libros de Alfonso del Río
Dicen que las palabras dan forma a los sentimientos, pero para mí las palabras quizá sean los sentimientos mismos. Creo que puedo encontrar mi mejor versión en la palabra escrita. Mi particular manera de experimentar las emociones.
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El lenguaje oculto de los libros de Alfonso del Río
“¿Qué son las novelas sino laberintos de cientos de páginas que pretenden tener en vilo al lector hasta el final?”.
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El lenguaje oculto de los libros de Alfonso del Río
Dicen que las palabras dan forma a los sentimientos, pero para mí las palabras quizá sean los sentimientos mismos.
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El lenguaje oculto de los libros de Alfonso del Río
Ningún hombre conoce lo malo que es hasta que no ha tratado de esforzarse por ser bueno. Solo puedes conocer la fuerza de un viento tratando de caminar contra él, no dejándote llevar.
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El lenguaje oculto de los libros de Alfonso del Río
El Mal no entiende de bandos pero sí de guerras. Y está a ambos lados de todas ellas.
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El lenguaje oculto de los libros de Alfonso del Río
La única forma de superar el dolor es aceptarlo y enarbolarlo como bandera. No revivirlo una y mil veces para ver si en cada ocasión encuentro una forma de reenfocarlo para que duela menos.
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El lenguaje oculto de los libros de Alfonso del Río
La gente no escucha. Tan solo está atenta a que hagas una pausa en tu discurso para continuar con el suyo.
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El lenguaje oculto de los libros de Alfonso del Río
La felicidad no puede estar en lo que no depende de ti.
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El lenguaje oculto de los libros de Alfonso del Río
Si no escribiera, quizá no podría sortear mis fantasmas. Pero si no tuviera fantasmas... quizá no podría escribir.
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La ciudad de la lluvia de Alfonso del Río
He de reconocer que si de primeras lo miré con malos ojos fue porque era un tiarrón de los pies a la cabeza. Llevaba una ramita en la comisura de los labios. Y le quedaba hasta bien. Era un tío duro y frío de esos que salen en las películas. Alto e imponente, con una mirada glauca y profunda.
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La ciudad de la lluvia de Alfonso del Río
—Alain, hazme caso. Nunca discutas con un imbécil. Te llevará a su terreno y, allí, te ganará por experiencia. (David Schaffer) |
La ciudad de la lluvia de Alfonso del Río
Por eso, aunque no había demasiada libertad política y muchos lugares de España y Europa sufrían la crisis, en Bilbao las firmas de servicios profesionales siempre tenían mucho negocio. No había democracia, pero había pasta.
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La ciudad de la lluvia de Alfonso del Río
Nunca discutas con un imbécil. Te llevará a su terreno y, allí te ganará por experiencia.
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La ciudad de la lluvia de Alfonso del Río
El fútbol aúna el sacrificio del deporte, la estrategia de una batalla y la nobleza de una…Alguien debería recordarte que solo eres un tío que se pone en calzoncillos para pegar patadas a un balón, muchacho.
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La ciudad de la lluvia de Alfonso del Río
-El verdaderamente seguro de sí mismo, Alain, no es quien está acostumbrado al éxito, sino quien no teme al fracaso. DAVID SCHAFFER
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La guerra del fin...