El mal de Casandra de Alerta
Y de pronto, algo se despertó. O tal vez aquel no fuera el término correcto. Quizá nada despertó, simplemente las dos realidades, la de la chica y la del bosque, coincidieron. El bosque empezó a tomar conciencia de aquel momento. Había notado una llamada, casi una súplica. Una llamada que conocía y que había despertado un sentimiento en él. Sí, eso era lo que le había despertado. Las dos realidades no podían haber coincidido, porque eran la misma. Solo eran dos concepciones diferentes, dos puntos de vista aparentemente ajenos, pero demasiado cercanos. El bosque se removió, concentrando su atención en aquel momento.
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