Una madre de Alejandro Palomas
«No hay amaneceres violetas sin ojos que los reflejen, ni largos caminos sin pies que los recorran».
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Una madre de Alejandro Palomas
«No hay amaneceres violetas sin ojos que los reflejen, ni largos caminos sin pies que los recorran».
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Una madre de Alejandro Palomas
Me gustaría aprender a decirle «gracias», pero sé que nunca encontraré el tono ni la voz que busco para expresar hasta qué punto mi vida es especial porque su forma de mirarme la hace así. Me gustaría decirle que si no lo hago es porque no tengo esa dimensión en la voz y no sé dónde se aprende. Y que qué suerte habernos encontrado.
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Una madre de Alejandro Palomas
el tiempo se encarga de mostrarnos que, a pesar de lo brutal del impacto, lo que realmente importa no es tanto el golpe como su onda expansiva, la misma que recoloca las fichas sobre el tablero de la vida y cambia un paisaje que hasta entonces creíamos inalterable.
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El tiempo que nos une de Alejandro Palomas
Otra de las cosas que no hacemos bien las mujeres de esta familia: despedirnos. Sabemos decir adiós a nuestros muertos, sí. Pero entre los vivos, entre las vivas, se nos retuerce la lengua y nos volvemos torpes.
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Esto no se dice de Alejandro Palomas
Estamos educados para que a una madre se le pregunten solo cosas sobre la vida, no sobre cómo la vive ella o cómo le afecta.
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Esto no se dice de Alejandro Palomas
Yo soy un niño que decidió vivir, un adolescente que no decidió morir y un hombre que vive para contar.
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Esto no se dice de Alejandro Palomas
No he sido un hombre enamorado. No he sabido serlo y está bien así. O quizá me tocó ser impar desde la raíz.
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Esto no se dice de Alejandro Palomas
No he sido florista. Tampoco tengo flores en las paredes de mi cuarto. Me conformo con trazarlas en las playas que visito. La marea las borra. La memoria no.
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Esto no se dice de Alejandro Palomas
No quiero dejar herido al niño que fui. Si lo hago, el adulto vive mal, quiere mal, respira mal.
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Esto no se dice de Alejandro Palomas
El tiempo no es lineal, sino emocional, de lo contrario sería imposible repasar toda nuestra vida en tres segundos mientras sufrimos un accidente y creemos que vamos a morir en él, o envejecer diez años en un día después de un duelo que nos arrasa el presente, partiéndonos en dos.
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Esto no se dice de Alejandro Palomas
Somos quienes somos porque somos la suma de todo lo que hemos sido hasta ahora: renuncias y decisiones, los caminos no tomados y sus finales, y también los caminados, todo eso somos, «a pesar de» muchas cosas y «gracias a» muchas otras. Y somos muchos instantes a la vez porque la mente es capaz de viajar por nuestra biografía sin un orden estricto.
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Esto no se dice de Alejandro Palomas
Hablamos del aquí y el ahora como si pudiésemos desgranar el presente de todo lo anterior, como si cada vez que amanece fuéramos una persona nueva, que nace sin memoria, sin cicatrices, sin aprendizaje.
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Esto no se dice de Alejandro Palomas
«No deberías ser tan dramático. Vive el aquí y el ahora e intenta olvidar. Lo que pasó, pasó y no tiene arreglo». Para cualquiera de nosotros, los que tenemos esa clase de agujeros negros en nuestra biografía infantil, ese comentario suena exactamente como le suena a una persona con depresión cuando oye eso de «anímate, hombre. No estés triste. Si son solo dos días». Esas voces son las que abren nuevos agujeros negros —afortunadamente, son minúsculos y breves en el tiempo— que nos sitúan en el marco social en el que seguimos estando.
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Esto no se dice de Alejandro Palomas
Fui un niño maltratado por una de esas almas, un niño que con los años se ha convertido en un hombre empeñado en no dejarse convencer de que el camino difícil es siempre el equivocado y de que la vida es solo lo que es. No es cierto. La vida no es solo lo que es, sino sobre todo lo que sentimos que es.
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Esto no se dice de Alejandro Palomas
Tortura sería vivir sin darnos cuenta de lo que vivimos, borrar los recuerdos para que no duelan, pasar por la vida sin haber pasado por ella.
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Esto no se dice de Alejandro Palomas
Aunque la vida me ha enseñado que los accidentes repetidos son trozos de un mismo espejo que vamos encontrándonos en el camino, piezas de una única imagen. Hay quien lo llama magia.
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Esto no se dice de Alejandro Palomas
Creé un mundo propio en el que mi cuerpo no importaba, no era necesario para relacionarme. Bastaba con la vista y con el silencio para ser ese otro que sentía, reía y descubría el universo adulto entrando en él por la palabra escrita, y esa ventana me permitía calibrar el ritmo de acercamiento, los tiempos y las intensidades.
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Gregorio Samsa es un ...