La puerta del bosque de Melissa Albert
—(…). En él no hay lecciones. Solo hay un mundo duro y horrible salpicado de una magia hermosa, en el que ocurren cosas espantosas. Y no ocurren por un motivo, ni en series de tres, ni de un modo que recuerde a la justicia. Los cuentos están ambientados en un lugar que no tiene reglas ni las quiere tener. Y la voz de la autora (la voz de tu abuela) es completamente despiadada. Es como una reportera de guerra a quien no le importa una mierda.
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