La guerra de las salamandras de Karel Capek
—Los demonios no existen. Y si existiesen, se parecerían a los europeos.
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La guerra de las salamandras de Karel Capek
—Los demonios no existen. Y si existiesen, se parecerían a los europeos.
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La guerra de las salamandras de Karel Capek
[...] lo único sé es que no debería haber tiroteos entre salamandras y humanos. ¡Eso no está bien! ¡No está nada nada bien! —Quizás las salamandras solo se estaban defendiendo—apuntó la señora Povondra. —Justamente es eso lo que me preocupa— farfulló como para sí mismo el señor Povondra. Como esas bestias empiecen a defenderse, entonces sí que se va a armar una buena. |
La guerra de las salamandras de Karel Capek
O sea, que estos animalejos han visto a los cingaleses cortar las conchas y se han dicho, ajá, estos se las van a comer, y se acercaron para ver como hacían para abrirlas.
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La guerra de las salamandras de Karel Capek
Lo cierto es que los humanos no son capaces de atribuir la cualidad de lo misterioso a aquello que les resulta útil, sino solo a lo amenazador y dañino.
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La guerra de las salamandras de Karel Capek
A la humanidad ya no le queda otra opción que desaparecer con al menos una cierta dignidad, aunque es dudoso que esté a la altura ni siquiera de esto.
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La guerra de las salamandras de Karel Capek
Sí, ya es tiempo de que escriba un epílogo a la Historia de la Humanidad.
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La guerra de las salamandras de Karel Capek
La humanidad no considera misterioso lo que le sirve y beneficia, sino lo que le perjudica o amenaza. Y, como según se demostró, las salamandras eran seres altamente provechosos en varios aspectos, fueron simplemente aceptadas como algo perteneciente al curso racional de los acontecimientos.
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La guerra de las salamandras de Karel Capek
No sé qué tenemos que temer más, si su civilización humana o su tenebrosa y fría crueldad animal. estas dos cosas unidas dan algo aterrador, casi diabólico. En nombre de la cultura, en nombre de la cristiandad y de la Humanidad debemos liberarnos de las salamandras
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R.U.R. de Karel Capek
Ahora señor puedo morir en paz según tu voluntad, pues mis ojos han visto tu salvación
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El nombre de la nación desde donde se organizan los juegos cada año es...