Aguas azul tormenta de
Esther Ginés
recordar es, en esencia, desgastarse. Erosionarse. Como les ocurre a los acantilados de Fair por efecto del azote de las olas. También nosotros nos erosionamos, la vida nos lame con delicadeza al principio, de niños, como si quisiera prepararnos para esa voracidad con la que nos engulle según avanzan los años. Cuando nuestro tiempo finaliza, somos como esas rocas poderosas y solitarias que vemos aisladas en medio del mar y que han resistido los envites de las olas furiosas durante siglos.