Euforia de Elin Cullhed
Me quería como tema. Le encantaba la idea que tenía de mí. Le encantaba el modelo. La norteamericana, la emocional, la poeta. Le encantaban mis grandes exigencias (y las odiaba). Le encantaba tener una esposa pensante. Le encantaba tener una esposa. Le encantaba que estuviese pensando y mascullando mis propios pensamientos, y que después no quedase nada de ellos en la escritura. Le encantaba que lo intentase pero que fracasase. Que me levantase y me apuñalasen, como a una cabra. Que no fuese quien quería ser. Le encantaba mi imperfección, y yo estaba en el centro, intentando ser perfecta. En ese hueco ninguno de los podía amar.
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